Cuando ayudar nos expone
Riesgos de compartir tus datos
La vulnerabilidad profesional femenina es una realidad silenciosa en el mundo digital.
Muchas terapeutas alternativas y coaches familiares comparten sus datos de contacto con el fin de ayudar, sin tomar conciencia de cuando ayudar nos expone, sin prever los peligros de compartir datos personales.
Esta apertura, aunque nace de la vocación, puede conllevar situaciones incómodas, manipulaciones emocionales o riesgos que no necesariamente se traducen en acoso, pero sí en interacciones no deseadas.
El primer contacto con un potencial cliente debería contar con filtros y medidas básicas de seguridad.
En este artículo exploraremos cómo personas, incluso con aparentes problemas emocionales (timidez extrema, dependencia afectiva, virginidad tardía o como se les conoce ahora, incels), pueden incomodar a la terapeuta desde el primer contacto, explotando la confianza propia de una profesional comprometida con el bienestar de los demás.
Riesgo en el primer contacto
Algunas personas, bajo una fachada de fragilidad emocional, pueden desde el primer momento solicitar condiciones fuera de lo habitual:
la presencia de la pareja de la terapeuta, contacto por WhatsApp personal, o mensajes insistentes fuera de horario.
Aunque estos gestos puedan parecer inocentes, son señales claras de
peligros de compartir datos personales sin filtros previos.
Es fundamental establecer límites desde el inicio. Si bien la vocación empática nos impulsa a ayudar,
no estamos obligadas a aceptar citas con personas que generan incomodidad desde el primer mensaje.
La vulnerabilidad profesional femenina no debe ser el precio a pagar por querer ayudar.
Recomendaciones para profesionales cuando ayudar nos expone
1. Usa canales profesionales
Evita publicar tu número personal. Crea un correo electrónico exclusivamente profesional y utiliza herramientas como calendarios de citas con formulario previo
(como el de contacto en AsisGen).
2. Establece límites desde el inicio
Informa claramente sobre horarios, tarifas, forma de contacto y estructura de trabajo.
Puedes incluir esta información en tu web y también en tus redes profesionales.
En nuestro artículo sobre los límites en la relación profesional,
encontrarás cómo establecer estos acuerdos con firmeza y respeto.
3. Revisa perfiles con cautela
Si algo no te da buena espina, no tienes por qué agendar una sesión. Tómate tu tiempo.
Estás en tu derecho de priorizar tu seguridad, sin dar explicaciones.
4. Mantén la privacidad en redes
Evita compartir tu dirección física, tu rutina diaria o espacios que frecuentas.
Diferencia claramente tus perfiles personales y profesionales.
5. Habla con otras colegas
Comparte experiencias con otras profesionales del sector.
Estar en contacto te ayuda a identificar patrones y a actuar con seguridad cuando algo te genera dudas.
En AsisGen organizamos encuentros de mujeres profesionales donde abordamos estos temas de forma segura y confidencial.
Recursos y enlaces útiles para cuando ayudar nos expone.
- Agencia Española de Protección de Datos – privacidad digital
- INCIBE – Consejos para la protección de datos personales
- Contacto profesional en AsisGen
Reflexión final
Los peligros de compartir datos personales afectan especialmente a las mujeres que trabajamos desde la empatía, la escucha activa y la ayuda a personas vulnerables.
Aunque la mayoría de los clientes son personas respetuosas que buscan realmente ayuda, es importante no bajar la guardia.
Tu seguridad es parte de tu salud profesional.
Recordarlo no te hace desconfiada, te hace responsable.
Y si en algún momento te sientes insegura ante un primer contacto, no estás sola.
Busca apoyo, contrasta opiniones y prioriza tu bienestar.